La provincia de Sulawesi, en Indonesia, es conocida por su gran diversidad biológica, originada con motivo de las grandes zanjas oceánicas que aislaron en el pasado la isla de otras masas terrestres. Por eso, muchos científicos escogen este paradisiaco enclave para tratar de dar respuestas a una de las preguntas más planteadas a lo largo de la historia de la ciencia: ¿Cómo se forman las especies?
Esto es algo que en el siglo XIX cobró una gran relevancia gracias al trabajo desarrollado en este ámbito por Charles Darwin y Alfred Russell Wallace, cuyos descubrimientos compartidos se publicaron en un artículo de la revista Zoological Journal of Linnean Society. Ahora, 160 años después de que ellos sentaran las bases de una entonces moderna teoría de la evolución, una publicación en el mismo medio, esta vez de la mano de científicos del Trinity College de Berlín, la Universidad de Halu Oleo (UHO) y la Operación Wallacea, vuelve a centrarse en los mecanismos que llevan a la aparición de nuevas especies, describiendo de paso dos nuevas aves, pertenecientes a un mismo género, endémico de ciertas islas de Indonesia.
Del pico al canto
Las aves son vertebrados muy utilizados para el estudio de la evolución de las especies. En su día Darwin lo hizo con el pico de los pinzones de las Galápagos y estos científicos lo han hecho con el canto del ojiblanco, un pájaro típico de varios archipiélagos asiáticos, del que forman parte varias especies propias de algunas islas de Sulawesi.
Para la realización de su estudio estos investigadores han catalogado la biodiversidad de la regencia de Wakatobi, en Sulawesi, durante los últimos veinte años, en busca de factores que puedan evolucionar hasta dar lugar a nuevas especies. En el caso de estas aves, se centraron en diferencias genéticas, de tamaño corporal y de canto. Esto último es muy importante, ya que los pájaros utilizan su trino para buscar compañeros reproductivos; de modo que, al tener las poblaciones separadas cantos diferentes, no pueden entrecruzarse y terminan evolucionando en direcciones diferentes. Varias generaciones después de que esto ocurra, se podría hablar ya de nuevas especies.
Los recién descubiertos
Los pájaros del género Zosterops, conocidos como ojiblancos, son animales muy adaptables y buenos colonizadores de las islas, de ahí que en ellas hayan surgido tantas especies diferentes.
Las dos descritas por este equipo, dirigido por el profesor Nicola Marples, son el ojiblanco de Wakatobi y el ojiblanco de Wangi-wangi. El primero, que se encuentra en todas las islas de Wakatobi, fue descubierto hace décadas, pero desde entonces ha sido el centro de un intenso debate sobre si realmente se puede considerar una especie diferente. Ahora, después de que las directrices utilizadas para esta determinación experimentaran diferentes cambios desde principios del siglo XX hasta nuestros días, ha podido clasificarse definitivamente como una especie. De hecho, se considera que se separó como tal hace aproximadamente 800. 000 años.
Muy diferente es el caso del ojliblanco de Wangi-wangi, que había pasado desapercibido hasta hace pocos años, a pesar de ser mucho más antiguo que su pariente. Su gran diferencia con él es que, mientras que el otro se encuentra en muchas islas, este solo se sitúa en la que le da nombre, a 3.000 kilómetros de distancia de otros ojiblancos de especies diferentes. Esto lo convierte en un ave única, pero también muy vulnerable, pues la pérdida de su hábitat podría resultar fatal para ella.
Por todo esto, los autores del estudio esperan que su trabajo sirva también como aliciente para que finalmente estas islas sean reconocidas como Área de Aves Endémicas y, como tal, reciban más apoyo para su conservación.
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