La concentración de arena y polvo en la atmósfera a nivel global descendió en 2023 a comparación del año antepasado, sin embargo, siguió estando por encima de la media registrada durante los últimos años, reveló este viernes la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
En su reporte, la agencia perteneciente a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) recordó que cada año tormentas de arena y polvo infectan el aire con 2 mil millones de particulas contaminantes, las cuales son capaces de viajar miles de kilómetros, en un fenómeno que afecta de manera negativa a economías, ecosistemas y, por supuesto, el clima.
Parte de ello, afirmó la OMM, es producto de las acciones humanas, específicamente de la mala gestión de recursos acuáticos y de la tierra.
La misma investigación reveló que la mayor concentración de estas partículas en el aire el año pasado, de hasta 800-1.100 miligramos por metro cúbico, se registró en áreas de Chad, mientras que los niveles más altos en el hemisferio sur se midieron en zonas del centro de Australia y la costa oeste del África meridional.
Por su parte, las regiones más vulnerables a la llegada de arena y polvo arrastrados de zonas desérticas o secas fueron el oeste de África; el Caribe; Sudamérica; el Mediterráneo; el Mar Arábigo; la Bahía de Bengala; y el centro y este de China.