El tratado global de los océanos, oficialmente conocido como el Tratado de Alta Mar (BBNJ, por sus siglas en inglés), se encuentra en su etapa final de entrada en vigor luego de que este fin de semana sumara las 60 ratificaciones necesarias para que se convierta en ley internacional.
Sri Lanka, San Vicente y las Granadinas, Sierra Leona y Marruecos fueron los últimos países en depositar sus intrumentos de ratificación en las Naciones Unidas, por lo que ahora sólo resta esperar 120 días para que el texto entre en vigor, esto luego de dos décadas de discusiones, cinco años de negociaciones y dos más de ejercicios de confirmaciones.
Se espera que a inicios de 2026, el BBNJ comience a regular las actividades en alta mar, es decir, aquellas que se encuentran fuera de la jurisdicción de cada territorio. Estas aguas internacionales comprenden dos tercios del océano, pues con casi el 50% de la superficie total de nuestro planeta, representan uno de los espacios más ricos en biodiversidad.
En ese sentido, el presente acuerdo sentará las bases para el establecimiento de zonas marinas protegidas, garantizando así que se tenga en cuenta el impacto medioambiental de todas las actvidades en aguas internacionales, al tiempo de facilitar la cooperación entre países en materia de tecnología marina. Todo esto para conseguir, a finales de la década, que al menos el 30% de los océanos estén salvaguardados.