Desde la tarde del pasado lunes, el aire en varias provincias españolas se ha teñido de color ocre. Esto se debe a la llegada de una imensa nube procedente del desierto del Sahara, la cual ha traído consigo una alta concentración de polvo, por lo que las autoridades locales han alertado del peligro que supone para la salud respirar estas partículas.
Conocida como calima, este fenómeno meteorológico se produce a partir de partículas microscópicas suspendidas en el aire, mismas que pueden ser de polvo u otros materiales como sal y ceniza.
Las calimas son especialmente frecuentes en las zonas desérticas y las cercanas a éstas, donde los fuertes vientos pueden transportarlas a cientos de kilómetros de distancia y desencadenar otros fenómenos como borrascas y lluvias de barro.
Sin embargo, más allá de la suciedad que deja, la calima puede resultar peligrosa para la salud humana, especialmente para aquellas personas que sufren problemas respiratorios.
De acuerdo con datos del Índice de Calidad del Aire en España (ICA), la calidad del aire es “desfavorable”, “muy desfavorable” y “extremadamente desfavorable” en la mayoría del sureste, centro y centro-norte de la península ibérica.
Los expertos prevén que este fenómeno continue, al menos, hasta viernes por la tarde, probablemente con lluvias de barro en el sur de la península, y que a partir de ese día, entonces, empiece a desaparecer.
Por este motivo, las autoridades españolas han recomendado a la población de estas comunidades que no realicen actividades de carácter no impresendible en el exterior; mientras que las personas que trabajan al aire libre deberán hacerlo con equipos de protección individual.