Aunque la superficie terrestre protegida del planeta aumentó de forma considerable en los últimos 10 años, el mundo todavía no cumple la Meta 11 de Aichi, que plantea proteger por lo menos el 17 por ciento de la superficie terrestre y de aguas continentales para 2020.
Hasta ahora, sólo el 16.64 por ciento de estos ecosistemas se encuentran dentro de áreas protegidas y conservadas, indica el reporte "Planeta Protegido" del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Lo anterior equivale a una extensión protegida de 22.5 millones de kilómetros cuadrados a nivel mundial, más de dos veces el tamaño de Estados Unidos.
De acuerdo con el documento, muchas áreas protegidas y conservadas todavía no están registradas, por lo que la cobertura terrestre superará el objetivo del 17 por ciento cuando todos los datos estén disponibles.
En 2010, los países miembros del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD, por sus siglas en inglés) se comprometieron a cumplir la Meta 11 de Aichi a más tardar el año pasado. México fue uno de los que adquirió el compromiso.
La meta también busca la protección del 10 por ciento de la superficie marina, otro rubro que tampoco se consiguió, pues el informe reporta que sólo el 7.74 por ciento de las aguas costeras y del océano están dentro de áreas protegidas y conservadas.
La superficie marina protegida suma 28.1 millones de kilómetros cuadrados, una cantidad que es más del triple que el área de Brasil, el país más grande de América Latina.
A pesar del incumplimiento formal, el PNUMA y la UICN celebraron que la comunidad internacional logró avances significativos, pues desde el 2010 se protegieron 21 millones de kilómetros cuadrados adicionales. Es decir, una superficie superior a la de Rusia, el país más extenso de la Tierra.
Neville Ash, director del Centro de Monitoreo de la Conservación del Ambiente (WCMC, por sus siglas en inglés) del PNUMA, resaltó que el principal desafío a partir de ahora será mejorar la calidad tanto de las áreas protegidas nuevas como de las existentes porque la biodiversidad continúa en declive, aún si se encuentra al interior de las zonas resguardadas.
"Designarlas y contabilizarlas no es suficiente. Es necesario que se administren de manera eficaz y que se gestionen de manera equitativa para que sus múltiples beneficios se aprovechen a escala local y global y para asegurar un futuro mejor para las personas y el planeta", apuntó en un comunicado.
Otro pendiente es proteger las áreas claves de biodiversidad, pues en la actualidad un tercio carecen de protección.
Además, aunque casi el 17 por ciento de la superficie terrestre ahora está bajo protección, menos del 8 por ciento está protegida y conectada a la vez. Es importante que posean ambas características para permitir que las especies se muevan y los procesos ecológicos funcionen.
Bruno Oberle, director general de la UICN, enfatizó que la próxima meta del mundo debe ser proteger el 30 por ciento de la tierra, el agua dulce y los océanos para 2030, que tendría que establecerse en la COP15 del CBD que se celebrará en Kunming, China en octubre.