En 1950, tras una conversación casual con sus colegas a la hora de la comida, el físico italiano Enrico Fermi se planteó una interrogante que aún no hemos podido resolver y ahora conocemos como la Paradoja de Fermi: si el universo es tan vasto y existen tantas civilizaciones extraterrestres en él, ¿por qué ninguna nos ha visitado en la Tierra?
Para Fermi, cualquier civilización extraterrestre tecnológicamente avanzada podría colonizar toda una galaxia en tan sólo 10 millones de años, que son muy poco en comparación con la edad de nuestra propia galaxia (aproximadamente 10 mil millones de años). Fermi concluyó entonces que los extraterrestres han tenido tiempo más que suficiente para poblar esta u otras galaxias… y establecer contacto con nosotros.
Pero, aunque la probabilidad de que exista vida extraterrestre en el universo observable es alta, aún no hemos obtenido evidencia de ella, entonces ¿dónde están todos?
Posibles respuestas
Desde que se planteó esta interrogante, han existido múltiples intentos por resolver la Paradoja de Fermi. Puede que la vida inteligente ya haya visitado nuestro planeta, pero muchos años antes de que los seres humanos lo habitáramos; o que haya vida extraterrestre, pero nuestro planeta se encuentre en un rincón del universo demasiado alejado de otras civilizaciones; o que la nuestra aún sea demasiado primitiva como para que las avanzadas civilizaciones extraterrestres se tomen la molestia de contactarnos.
También podría ocurrir que la Paradoja de Fermi no sea tal: la razón por la que no tenemos evidencia de vida extraterrestre es... porque no hay vida extraterrestre, como lo propuso Michael Hart en 1975.
En 2015, Edward Snowden habló sobre la Paradoja de Fermi en el podcast del astrofísico Neil DeGrasse Tyson. El excontratista de la CIA y la NSA propuso entonces que sí hay mensajes de origen extraterrestre, pero estos pasan desapercibidos para nosotros porque están cifrados. De esta manera, nuestros sistemas de comunicación no podrían distinguirlos del ruido aleatorio proveniente del universo.
Muchos años antes, en la década de los ochenta, Carl Sagan y William Newman propusieron que la solución a la Paradoja de Fermi radica en la paciencia: si no hemos recibido ningún mensaje es porque aún no ha llegado a nosotros. La evolución de una especie suficientemente inteligente para inventar los viajes espaciales toma tiempo, aunado a que podrían encontrarse en lugares tan lejanos a nuestro planeta que, simplemente, todavía no están aquí.. pero lo estarán.