Jennifer Briggs, una estudiante de física de la Universidad de Pepperdine en Malibú, California, descubrió un nuevo tipo de aurora luego de analizar de un video del cielo ártico y gracias a la ayuda de científicos de la NASA y un satélite.
La nueva aurora boreal se presenta como algo inusual pues se generó a partir de un cambio drástico en la compresión del campo magnético de la Tierra y esta es la primera vez que los científicos ven una aurora provocada únicamente por este fenómeno.
Generalmente, las auroras boreales aparecen en el cielo cuando muchas partículas de alta energía del sol, conocidas como viento solar, inundan la Tierra, sin embargo, en esta ocasión, el sol no mostró ninguna actividad inusual o elevada.
Aunque los investigadores todavía no están seguros de cómo ocurrió esta crisis magnética, consideran que pudo ocurrir debido a una tormenta sin precedentes en la región donde el campo magnético de la Tierra se encuentra con las partículas solares. Lo que también sigue siendo un misterio para los estudiosos es de dónde vino la tormenta o por qué causó que el campo magnético terrestre se redujera de forma tan rápida y repentina.
Las espectaculares luces de la aurora provienen de colisiones entre partículas cargadas eléctricamente del sol y gases en la atmósfera de la Tierra, como el nitrógeno y el oxígeno. El campo magnético de la Tierra generalmente desvía estas partículas cargadas del sol, pero el campo es más débil en los polos del planeta. Entonces algunas partículas se escabullen, produciendo la aurora boreal cerca del Polo Norte y la aurora austral cerca del Polo Sur.
El día en que esta aurora en particular se produjo, un satélite de la NASA detectó una gran compresión en la magnetósfera de la Tierra justo en el momento en que las luces comenzaron a girar en espiral. En sólo 1 minuto y 45 segundos, el borde de la magnetósfera pasó el satélite y se movió hacia la superficie de la Tierra, cambiando unos 25,000 kilómetros, según Briggs. Eso es cuatro veces el radio del planeta. Eso significa que, por ejemplo, un avión comercial tardaría unas 27 horas en volar esa distancia.
Esta la primera vez que los científicos habían visto una aurora atada a ese tipo de crisis en el campo magnético. Los científicos aún no saben por qué la magnetósfera se comprimió tanto en un lugar tan específico en primer lugar, pero según Briggs, “lo que es realmente fascinante es que nada salió del sol para golpearlo”.
Otra idea que apuntan los científicos de la NASA señala la misteriosa compresión puede haber provenido de una tormenta en los bordes de la magnetósfera.