Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) registraron en la zona de la Cofradía de Suchitlán, Colima, una enorme roca basáltica tallada que funcionaba como un mapa en la época prehispánica. El petroglifo fue registrado el pasado 7 de junio y su creación ha sido fechada entre los años 200 a.C. y 200 d.C.
Los investigadores creen que la piedra fue arrojada por el Volcán de Fuego, a 14 kilómetros de distancia hacia el sur, y los habitantes prehispánicos de Colima la tallaron meticulosamente hasta convertirla en un "mapa" de su territorio. Así lo indican los diseños y patrones que muestra en su superficie, además de que no es la única de su tipo en el estado.
“Tan sólo en la Zona Arqueológica de La Campana, en la capital estatal, hemos contabilizado más de 100 petroglifos”, comentó Julio Ignacio Martínez de la Rosa, titular del INAH local. “La parte más alta de la piedra –de 1.70 metros de altura, un ancho irregular de entre 2.12 y 2.77 m, y espesor de entre 60 centímetros y 1.70 m– guarda un eje de aproximadamente 20° al noreste, es decir, está orientada hacia el Volcán de Fuego”, explicó.
A su vez, el arqueólogo Rafael Platas Ruiz, designado para la inspección del bien cultural, señala que en él se aprecian al menos tres técnicas de grabado –pulido, picoteo y desgaste–, las cuales se usaron para representar el paisaje orográfico y geográfico de la ladera sur del volcán, surcada por barrancas, escurrimientos y ríos que bajan del promontorio geológico.
El investigador del Centro INAH Colima abunda que en la superficie principal del petroglifo, alineada con el coloso y que también presenta un descenso hacia el sur, se labraron pequeñas oquedades circulares, que representarían la ubicación de comunidades antiguas. Asimismo, en la cara este, se aprecian líneas que aluden a la orografía de la región, abundante en veras hidrológicas y escurrimientos naturales.