El término "infinito" en matemáticas hace referencia a aquello que no tiene fin o límite. Por ejemplo, los números son considerados infinitos, pues se trata de una sucesión que no tiene límite.
Los orígenes del símbolo infinito son inciertos y están relacionados con la religión y la alquimia. Muchos opinan que proviene de la curva lemniscata, similar a un lazo cerrado y que representa un enlace entre lo divino y lo humano.
El filólogo y matemático inglés John Wallis escribió en 1655 la obra De Sectionibus Conicus, en la cual redujo el concepto de infinito a un símbolo, “∞”. Así fue como se inició la utilización del símbolo de infinito en las matemáticas a partir del siglo XVII.
Símbolo del número mil romano.
Una corriente opina que el origen de la elección del símbolo de infinito hecha por Wallis fue el número romano utilizado para representar el mil: “CIƆ”, ya que significaba un número "grande".
Símbolo griego.
La serpiente Uróboros proviene de la cultura griega (y egipcia) y representaba una serpiente que se muerde su propia cola. Esta imagen tiene la forma de un círculo sin fin similar al que hoy utilizamos como símbolo del infinito.
El símbolo “∞” estaba relacionado tradicionalmente con la alquimia y la religión, y no se aplicó en matemáticas hasta el siglo XVII, cuando John Wallis lo introdujo para definir la noción de infinito. Sin embargo, el matemático no dejó constancia de cuál fue el motivo por el que eligió este símbolo, así que actualmente sólo disponemos de conjeturas sobre por qué esta imagen tan característica se utiliza para hablar de lo que no tiene fin.