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Publicado en CURIOSIDADES

El mural de Diego Rivera que permaneció 42 años bajo el agua

Jueves, 26 Marzo 2020 22:50 Escrito por 

Con la inauguración del Cárcamo de Chapultepec, el 4 de septiembre de 1951, culminaba una serie de esfuerzos para traer agua potable a la ciudad de México.

Historia de un proyecto alucinante: Cárcamo de Chapultepec

El antecedente más remoto data de 1898, y después de dos proyectos más, finalmente en 1942, bajo el régimen de Manuel Ávila Camacho, se inician las obras.

Descritas a grandes rasgos, estas consisten en la captación de las aguas de los manantilales que afloran en las márgenes sur y oriente de la laguna del Lerma y su conducción por gravedad a la cuenca del Valle de México.

Los murales, un reto subacuático

El Cárcamo, una cámara distribuidora de agua, es un sitio muy singular para realizar un mural dadas las condiciones de humedad y temperatura del lugar, además de encontrarse en el bosque de Chapultepec. Cabe destacar que por su condición subacuática, los murales del Cárcamo son únicos en el mundo, y su restauración, lo más difícil de realizar.

El propio pintor, Diego Rivera, al enterarse de la destrucción parcial de su obra, fue el primero en hacer ”una propuesta de restauración”, consistente en sustituir lo pintado al poliestireno por teselas de vidrio, colocadas sobre placas de cemento.

A cinco años de haber realizado el mural, Diego Rivera concluía que su experiencia con el uso del poliestireno había sido negativa.

En 1977, el Centro Nacional de Obras Artísticas (CNOA) dictaminó sobre el estado de conservación del mural, viéndose ya la necesidad de desviar el curso del agua a fin de interrumpir su paso por el Cárcamo.

El proyecto no pudo arrancar, pero hubo algunos intentos posteriores en 1982 y 1986.

No fue sino hasta 1990 cuando pudieron llevarse a cabo las complicadas y costosas obras de ingeniería para cambiar permanentemente el curso del agua que llegaba a este recinto, en gran medida gracias al entusiasmo de la licenciada Margarita González Gamlo (entonces representante de la alcaldía Miguel Hidalgo), quien realizó una campaña de recaudación de fondos entre particulares e instituciones oficiales.

Toda esa titánica labor tuvo un sentido: rescatar el maravilloso mundo subacuático pintado por Diego Rivera para rendir homenaje al elemento originador de la vida, pero también a los obreros muertos en la ejecución de la obra de ingeniería, así como a los autores intelectuales, los ingenieros y el arquitecto Ricardo Rivas, constructor del edificio que alberga el Cárcamo.

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