Condenada a permanecer oculta debido a que la reconocida crítica de arte, Raquel Tibol, cuestionara su autenticidad; durante más de una década, la obra Peregrina Tlaxcalteca, que Diego Rivera pintó en 1946, se mantuvo resguardada en las bodegas del Museo Soumaya.
Sin embargo, el equipo del recinto decidió realizar una investigación y recopiló información para demostrar que la pintura, efectivamente, era del muralista mexicano. Ahora, después de un exhaustivo trabajo, el director del inmueble, Alfonso Miranda Márquez, ha anunciado que, por primera vez, la pintura se mostrará en una exposición, la cual será organizada próximamente en el Museo Soumaya Plaza Loreto.
“Que la obra no tenga todos los elementos simbólicos del artista, es lo de menos. Hoy está documentada la existencia de esta pintura y hay pruebas de que se colgó en la muestra inaugural del Museo de Arte Moderno, las cuales datan del 20 de noviembre de 1964, y eso no es cosa menor”, aclara el historiador.
Desde un inicio, Miranda Márquez supo de la polémica protagonizada por la crítica argentina, Raquel Tibol, alrededor de esta obra adquirida en Estados Unidos como parte de un programa de repatriación de la Fundación Carlos Slim.
El especialista recuerda que le cuestionaron con vehemencia que la Peregrina Tlaxcalteca era falsa. Debido a esas circunstancias, el Museo Soumaya nunca la había mostrado en público.
Valor de la obra
De acuerdo con el catálogo de subastas Sotheby´s, la obra Peregrina Tlaxcalteca se vendió en 278 mil dólares, aunque tuvo un monto de salida de 250 mil a 300 mil dólares.
Con unas medidas de 67 por 48 centímetros, la pintura está identificada por el Museo Soumaya con el número 38908 y se trata de un óleo sobre lienzo con marco de madera tallada con aplicación de hoja de oro, firmado en la parte superior izquierda con fecha del año 1946.