Para evitar “conflictos sociales”, los peces payaso encogen su tamaño
Resulta que el pez payaso (Amphiprion percula) está experimentando una transformación sorprendente: encoger su tamaño.
Resulta que el pez payaso (Amphiprion percula) está experimentando una transformación sorprendente: encoger su tamaño.
De acuerdo con el equipo, este singular invento surgió en la búsqueda de alternativas a dispositivos de monitorización ambientales actuales, creados con plásticos y componentes electrónicos.
Sin embargo, esta situación acaba de cambiar, luego de que en las últimas horas comenzara a circular una imagen que muestra el primer avistamiento de un pez diablo negro vivo cerca de la superficie, esto en la costa de Tenerife, España.
Esta increíble historia tiene como protagonista a un ejemplar de atún rojo (Thunnus thynnus), al que se le había colocado una GPS con el propósito de rastrear sus movimientos en el mar. Sin embargo, inmediatamente su inusual trayectoria atrajo la atención del equipo.
Se trata de la baya (Mycteroperca jordani), un pez robusto pero ágil que en sus mejores años reinó estos ecosistemas, y no por su fiereza al cazar, sino por su volumen, pues representó un asombroso 45% de las capturas de especies marinas en la región entre los años 1959 y 1960.
El organismo recurrió a un nuevo método estandarizado de muestreo de ADN (DNA) ambiental, mismo que permite ahorrar decenas de años de investigación y grandes cantidades de dinero.
A través de un comunicado, la Institución Scripps de Oceanografía de la Universidad de California informó que el cuerpo del animal fue recuperado para ser transportado hacia el Centro de Ciencias Pesqueras del Suroeste.
Y es que las fotografías del animal y sus rasgos característicos, una boca de forma extraña y una protubernacia en la mandíbula, parecían confirmarlo. Sin embargo, para su mala fortuna, el pez, que puede llegar a pesar hasta 30 kilogramos de peso, fue vendido antes de que pudieran examinarlo a detalle.
Denominado Bed Stuy Aquarium, este proyecto comunitario se encuentra ubicado en la esquina de Tompkins y Hancock, en el barrio de Brooklyn.
Este es el primer ejemplo de una estrecha relación entre el gusto y la respiración en los peces.