El secretario general de la ONU, António Guterres, demandó este viernes cooperación a las grandes potencias internacionales para dar respuesta a toda una serie de crisis que están provocando un gran "incendio" global.
La pandemia de la Covid-19, un sistema financiero que necesita ser reformado, la crisis climática, las amenazas que plantean las nuevas tecnologías y la proliferación de conflictos fueron los cinco grandes problemas identificados por Guterres en un discurso con el que presentó sus prioridades para este año.
"Nuestras respuestas a las cinco emergencias que he planteado determinarán el curso de la gente y el planeta durante décadas", advirtió el político portugués, que insistió en que todas estas crisis tienen arreglo si se opta por la "solidaridad".
Sin embargo, Guterres avisó de que la desconfianza entre las potencias internacionales se está acercando a un punto álgido que puede hacer que el mundo caiga en el "caos" si no se gestionan las actuales divisiones geoestratégicas.
"Nos enfrentamos a una caldera de inestabilidad política y feroces conflictos", dijo en una intervención ante la Asamblea General de Naciones Unidas, en la que destacó que el mundo registra "el mayor número de conflictos violentos desde 1945", una preocupante proliferación de golpes de Estado y un aumento de las violaciones de los derechos humanos.
"El populismo, el chovinismo, la supremacía blanca y otras formas de racismo y extremismo están envenenando la cohesión social y las instituciones en todas partes", lamentó.
En una rueda de prensa posterior, Guterres analizó algunas crisis concretas como la de Ucrania, donde pidió diálogo y se mostró "convencido" de que no habrá una invasión rusa, y la de Yemen, donde fue muy crítico con el reciente ataque de los rebeldes hutíes contra Emiratos Árabes Unidos pero también con los duros bombardeos llevados a cabo por la coalición árabe en respuesta.