Parece que fue hace mucho, o quizá hace muy poco, cuando más de uno -siendo fiel a sus rituales de Año Nuevo- cruzó la puerta de su hogar con una maleta y la ilusión de que haciéndolo viajaría sin cesar. Pronto vino la pandemia y cientos de planes en el mundo entero tuvieron que ser pospuestos o cancelados, enseñándonos que parte de viajar incluye lidiar con la frustración si algo no sale conforme a lo proyectado.
En un año regular estaríamos hablando de los destinos ideales para viajar en 2021. Sin embargo, los repuntes de contagios, los cierres de fronteras, la esperanza en las vacunaciones masivas y otros temas derivados por la pandemia han propiciado que la industria del turismo se enfoque más en los tipos de viaje que habrá y cómo se realizarán.
Los expertos coinciden en que seguirán presentes las escapadas a sitios cercanos al lugar de residencia, a los que se pueda llegar por carretera. Si son por vía aérea, los viajes domésticos (dentro del país de origen) seguirán al alza.
Al elegir una aerolínea, hotel o destino se priorizarán aquellos que cumplan con protocolos de bioseguridad y distanciamiento social y sean flexibles con políticas de cancelación y reembolsos y, además, ecosustentables.
Muchos desean tomar un tiempo fuera y desintoxicarse del mundo cibernético, pero los que necesitan trabajar durante sus vacaciones se fijarán en que haya una excelente conexión. El no poder ver a toda la familia durante el confinamiento detonó los llamados viajes de nostalgia, así que, cuando se pueda, varios querrán regresar al pueblo donde crecieron sus abuelos o vacacionar donde iban de niños con sus padres.
Mientras los viajes multigeneracionales no vuelvan a la escena, las travesías con el núcleo familiar, en pareja o en solitario se acentuarán. Alejarse de los sitios masificados y acercarse al turismo rural seguirán siendo las constantes. Se mantendrán en boga el agroturismo, apoyando a pequeños productores; el enoturismo, conociendo los procesos de producción en viñedos; el gastroturismo, reactivando la economía a través del consumo de lo local.
Pero más que nunca se valorará el turismo de naturaleza, aventura y bienestar. Habrá que visitar áreas protegidas, acampar en sitios exquisitos, observar especies en su hábitat, ver auroras boreales o cargar una mochila para hacer senderismo y tomar un merecido respiro.
Que este 31 agradezcas a la Nochevieja por todo lo aprendido y recibas el año pensando que poder viajar es todo un lujo y uno de los más bellos regalos.
Soñar, planear y concretar
Si bien hay un deseo por hacer maletas, también prevalece la zozobra por volver a enfrentar proyectos interrumpidos, así que se prevén -al menos- dos posibles escenarios.
En el primero habrá más viajes inmediatos, de corta duración y a sitios cercanos, con el fin de reducir márgenes de cancelación y posibles desilusiones.
Y en el segundo, la travesía será más planeada y larga cuanto más remoto y aspiracional sea el destino. En ambos casos, contar con la asesoría de expertos y un seguro que responda ante eventualidades será primordial.