Cada vez se acerca más el día en que todos podremos salir de casa; momento especialmente deseado por aquellos que gustan de viajar, aunque podría ser algo complicado debido a los problemas económicos que trajo consigo la pandemia del nuevo coronavirus. Comenzar realizando viajes cortos y no demasiado costosos será una excelente alternativa, siendo los Pueblos Mágicos la primera opción para conocer más acerca de nuestro estado y de todo el país.
Aculco está ubicado en la región norte del Estado de México, colindando con Querétaro. Forma parte de la zona montañosa, y desde el año 2015 es considerado como Pueblo Mágico, y con justa razón, ya que en él encontrarás zonas arqueológicas, áreas naturales y un clima fresco que no te querrás perder.
Una de las principales actividades a realizar en Aculco es la visita a La Parroquia y ex Convento de San Jerónimo, construido aproximadamente en el siglo XVI. Cuenta con un estilo barroco y lo más interesante de este lugar se encuentra en su interior, pues existen varias obras pictóricas entre las que destacan la de Nuestra Señora del Monte Carmelo y una versión del artista Miguel Cabrera de La última cena.
Si disfrutas de la historia, también encontrarás la Casa Hidalgo, cuyo interés radica, no tanto en su arquitectura, sino en lo que en ella ocurrió, pues lleva ese nombre debido a que se dice que el Padre de la Patria, don Miguel Hidalgo y Costilla, pernoctó allí entre el 5 y 6 de noviembre de 1810. Esto la convierte en uno de los atractivos turísticos más importantes de este Pueblo Mágico.
También podrás visitar el Santuario del Señor Nenthé, mejor conocido por los lugareños como El Señor del Agua. En épocas de sequía, la gente acostumbra a ir a este sitio para pedir su ayuda y que las lluvias lleguen pronto; la leyenda dice que la capilla se incendió y lo único que quedó intacto fue la imagen del Señor del Agua, la cual, por cierto, fue hallada justo donde brotaba un manantial.
Ahora que si lo tuyo es estar en contacto con la naturaleza, visita el Cerro Ñadó, que cuenta con aproximadamente 3 300 metros de altura. Es un lugar idóneo para quienes gustan de practicar escalada, así como la pesca deportiva en las aguas del río Ñadó, formado por varios arroyos que descienden desde las laderas de las montañas circundantes. Con estas vistas impresionantes, también podrás dar un tranquilo paseo montando a caballo.
Y para que te quedes con las ganas de volver, no olvides probar el mole, la barbacoa y los escamoles, y degustar los distintos tipos de quesos y dulces de leche.
Por todos estos motivos, y muchos más, visitar Aculco se convertirá en una de las mejores experiencias de tu vida.