La diversidad de Baja California atrae a miles de turistas cada año. Sus atractivos naturales, que incluyen playas, desierto, valles y bosques, así como sus variadas propuestas culturales, recreativas, gastronómicas, además de la hospitalidad de su gente, hacen de este un destino imperdible.
¿Qué hacer en Baja California?
A lo largo y ancho de su extensión, este estado ubicado al noreste de México ofrece hermosos paisajes, mar, sierras, avistamiento de fauna, catas de vino y deliciosos platillos.
Tijuana es la frontera más concurrida del mundo y representa un polo gastronómico multicultural de calidad, además de ser un centro cultural y artístico, lo que la ha posicionado como una de las mejores ciudades para visitar en familia, pareja o con amigos.
Por su parte, Tecate es el único Pueblo Mágico localizado en una frontera. Aquí se pueden conocer algunos de los mejores ranchos y balnearios a nivel nacional, mientras que los más aventureros tendrán la oportunidad de practicar senderismo, rappel o scrambling.
Ensenada, la capital mexicana del vino
Otro punto imperdible de Baja California es, sin duda, Ensenada, la apodada capital mexicana del vino. Este destino se encuentra rodeado por el Océano Pacífico y el Golfo de California, lo que significa que cuenta con áreas naturales protegidas; vasta flora y fauna tanto terrestre como marina; dos Parques Nacionales; el Observatorio Astronómico Nacional; y el “Picacho del Diablo”, catalogada la montaña más alta de toda la penínsual.
Según expertos, Ensenada, al igual que casi todo el territorio de la entidad, tienen la ubicación perfecta para cultivar vides y así elaborar vino, a la cual se le denomina “franja del vino”, entre los paralelos 30 y 50 de altitud norte del ecuador, que ofrece las condiciones ideales para llevar a cabo dicha actividad.
Historia de la vitivinicultura
Además de brindar las condiciones perfectas para la elaboración de esta deliciosa bebida, Baja California es fiel testigo de la historia de la industria del vino.
Prueba de ello es el Valle de Guadalupe o “la región vinícola más importante del país”, que narra la tradición de la vitivinicultura mexicana, ya que allí se ubican las casas vinícolas de mayor antigüedad en el país.