Varios países en Europa prevén dejar sin efecto próximamente varias o todas las medidas recomendadas por la OMS para reducir la transmisión del coronavirus, pero los expertos han pedido no caer en el exceso de confianza, puesto que aunque ómicron tienda a causar una enfermedad menos grave, su capacidad de contagio es muy superior a las variantes precedentes.
Este es el caso de Dinamarca que desde este martes ha eliminado todas las restricciones impuestas durante su cuarta ola por considerar que la variante ómicron no implica un «peligro» para su sanidad ni sus habitantes y pese a los altos niveles de incidencia, 5.000 casos por 100.000 habitantes.
Así, ya no es obligación usar mascarillas en interiores, han desaparecido las restricciones en la restauración, la vida cultural y social, reabren las discotecas y los grandes eventos.
Dinamarca se convierte así en el primer país de la Unión Europea (UE) en levantar todas las medidas contra la pandemia, como ya ocurrió el pasado septiembre, aunque unos meses después empezó a reimplantarlas como consecuencia de la propagación de la variante ómicron.
En las últimas diez semanas, coincidiendo con el inicio de la propagación de ómicron, se han registrado 90 millones de nuevos casos confirmados de covid-19, más que en todo 2020, y esta tendencia se ha empezado a reflejar en los fallecimientos.
“Pedimos cautela porque muchos países no han alcanzado el pico de ómicron todavía: Varios todavía tienen niveles bajos de vacunación, con individuos muy vulnerables dentro de su población, así que no es el momento de levantar todas las medidas a la vez, sino de hacerlo de manera progresiva, poco a poco», señaló la jefa del equipo técnico de lucha contra la pandemia en la OMS, María Van Kerkhove.
“Este virus es muy dinámico y aunque sabemos mucho de él, todavía no lo sabemos todo”, comentó en una rueda de prensa desde la sede de la OMS en Ginebra.