Cada uno de los pueblos que conforman la República Mexicana tienen una historia, desde el nombre, las tradiciones y su alimentación. Oaxaca es uno de los mayores representantes de la comida tradicional y el mole de garrote no puede faltar en esta identidad alimentaria de uno de sus pueblos: Chalcatongo de Hidalgo.
Este mole es preparado con chile guajillo, ajo, ajonjolí, clavo y miltomate, que le dan un sabor muy diferente y único.
Lo primero que hacen las cocineras tradicionales es quitarle las venas a los chiles (es una tarea cansada si el mole es para muchas personas).
Una vez listos los chiles, los colocan en el comal, al igual que los otros ingredientes, para que todo quede tostado.
Posteriormente, se muelen los chiles en el molino de mano. También se hace un recaudo de pollo, a este caldo se le agrega un poco de masa y se disuelve para que el mole pueda espesar, luego se pone al fuego.
El tomate se licua y después se agrega la pasta de chiles y las especias molidas al recaudo. Se deja hervir por mucho tiempo, se le va a agregando más recaudo si es necesario y se sazona al gusto.
¿Por qué se llama mole de garrote?
Lo especial de este mole de garrote (y gracias a esto se llama así), es que se tiene que mover para que no se pegue o se queme.
La peculiaridad radica en que se revuelve con un garrote, que es un palo largo y tubular.
Este garrote es importante y diferente, pues se saca de la madera de los árboles autóctonos del pueblo.
El mole de garrote lo consumen principalmente en festejos como XV años, bodas, bautizos, velorios, o bien, en la fiesta patronal, que en este pueblo es en honor a la Virgen de la Natividad y se celebra el 8 de septiembre.
En el libro de Memorias Mixtecas del IMPI (Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas) menciona que: “el mole de garrote se prepara en la mixteca oaxaqueña, se tiene que estar meneando todo el tiempo y se debe de hacer con ritmo, elegancia y fuerza, como si bailaras una chilenita para que el mole agarre sabor y no se pegue a la cazuela”.
¿Conocías este mole?