Llegó septiembre y las fiestas patrias ya se encuentran a la vuelta de la esquina, y como buenos mexicanos, no podemos dejar de festejar estas importantes fechas en compañía de la familia, amigos y, ¿por qué no?, de una cena llena de deliciosos antojitos mexicanos como flautas, quesadillas, enchiladas, sopes, tacos, pambazos, pozole, tostadas, entre otros.
Es por ello que a continuación te diremos el origen de algunas de las garnachas preferidas de los mexicanos para conmemorar la Independencia de México.
Pambazos
Su origen proviene de Jalapa, Veracruz, y de acuerdo con la versión más popular, este platillo surgió en honor a Carlota, la emperatriz de México y esposa de Maximiliano de Habsburgo. De acuerdo con varias versiones, la emperatriz le pidió al cocinero Josef Tüdös, que le preparara un platillo inspirado en las formas del volcán Pico de Orizaba.
Tostadas
La historia de este antojito comenzó durante la época prehispánica en territorio mexicano, Entonces, para prepararlas, las personas dejaban la tortilla al fuego hasta que quedara rígida y crocante para, después, comerla con frijoles y chile. Posteriormente, con la llegada de los españoles, la receta obtuvo nuevos ingredientes como la pata, pollo, crema y queso, dando origen a la tradicional tostada que actualmente conocemos.
Sopes
Al igual que las tostadas, los sopes surgieron entre las culturas prehispánicas que habitaban las zonas centro y sur del país. Con el paso del tiempo, este platillo logró extenderse a lo largo y ancho del territorio mexicano, obteniendo un gran reconocimiento como una de las garnachas favoritas de todos los tiempos.
Tlacoyos
Su nombre proviene del náhuatl tlahtlaoyotl; esta garnacha consiste en una tortilla gruesa ovalada y larga preparada con una mezcla de masa de maíz y frijoles o habas cocidas, secas y molidas. Se dice que este era el platillo estrella del gran mercado de Tlatelolco y que fue en ese lugar donde los españoles lo probaron por primera vez.
Flautas
Las flautas consisten en carne deshebrada de pollo o res, aunque también pueden ir rellenas de papa o queso. Cualquiera que sea el relleno, debe ir enrollado en una tortilla frita en aceite, de modo que resulte crujiente. Este delicioso antojito tiene su origen en la época de los aztecas, y se servía de esta manera con la finalidad de no ensuciarse los dedos; también se dice que esta era la forma más práctica para que las mujeres llevaran la comida a sus esposos al campo.