De todos los ingredientes que puedes encontrar en los productos para el cuidado de la piel, seguramente los antioxidantes son con los que estás más familiarizado, ya sea por su popularidad entre los alimentos, o algún producto cosmético.
¿Qué son y cuáles son sus beneficios?
Generalmente, los antioxidantes son moléculas que se encuentran en las vitaminas A, C y E. Junto con los retinoides, buscan proteger a las células de los diferentes daños causados por los radicales libres. Su función principal está enfocada en retrasar y prevenir la oxidación de las moléculas, además de que ayudan a la producción de colágeno y a reducir la inflamación de la piel.
Es importante aclarar que los antioxidantes son bastante “frágiles”, es decir, se ven fácilmente deteriorados si el empaque no es el correcto, si existen cambios bruscos en la temperatura o si entran en contacto directo con el aire.
Por último, los antioxidantes se pueden encontrar en distintos tipos de presentaciones. Generalmente, casi nunca aparecerá la palabra “antioxidante”; en su lugar, aparecerán los ingredientes ricos en ellos, como la mencionada vitamina C, el ácido ferúlico y el té verde.
Tipos de antioxidantes para la piel
Vitamina C
Sin duda el más conocido. Este antioxidante estimula la producción del colágeno y además ayuda a disminuir las manchas en la piel. También es ideal para que la piel obtenga un acabado brillante y natural.
Ácido ferúlico
Obtenido de las paredes celulares de frutos y granos como el trigo, arroz o manzana, este ingrediente es ideal para combatir de manera directa las marcas del envejecimiento, así como para proteger la piel de la acción solar y la deshidratación.
Té verde
Además de en infusión bebible, el té verde lo puedes encontrar en otras presentaciones como sueros, tónicos y mascarillas. Es ideal para las pieles sensibles gracias a su gran efecto desinflamatorio.