El trabajo doméstico también es espacio con riesgo de contagio de COVID-19, por lo que, tanto las personas trabajadoras, como sus empleadores deben atender diversas reglas para evitar la transmisión de esta enfermedad, señaló la secretaria de Trabajo, Soledad Aragón.
En un conversatorio junto con activistas y especialistas, Aragón refirió que como parte del semáforo naranja, la actividad de trabajo del hogar puede reanudarse, sin embargo, también existen lineamientos para que pueda llevarse a cabo.
"Es muy importante que los empleadores de personas trabajadoras del hogar garanticen un retorno seguro para sus empleadas, y esos son los lineamientos que se han establecido dentro del Gobierno. Parte importante de este retorno seguro es que se garanticen sus derechos laborales, se les debe de pagar íntegramente su salario, incluso mientras estuvieron resguardadas en sus hogares", señaló.
Esto incluye el registro ante la seguridad social, algo que es posible desde que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) puso en marcha un programa piloto de registro de personas trabajadoras del hogar.
Entre las medidas señaladas por la funcionaria está la de entregar a las trabajadoras equipos de protección personal (cubrebocas, guantes, alcohol gel y careta); a estas también corresponde mantener la sana distancia, evitar uso de joyería o accesorios, saludos y contacto con cara, ojos y cubrebocas.
De acuerdo con Aragón, en la Ciudad de México existen casi 200 mil personas trabajadoras del hogar, de las cuales, 90% son mujeres: "Es muy importante mencionar que se tienen actualmente estos lineamientos, (pero) hace falta trabajar en un protocolo entre empleadoras y trabajadoras. Sugeriría que diseñáramos bien un protocolo de regreso seguro, porque nos permitirá cuidar nuestro hogar, pero también a las trabajadoras", indicó la funcionaria.