Pobladores de San Miguel Xaltocan que exigen el pago de sus tierras, aseguraron que no se retirarán de la Base Militar de Santa Lucía hasta que el presidente Andrés Manuel Lopez Obrador, quien mañana estará en Pachuca, reciba a una comisión o envíe a un representante.
Los pobladores montaron una carpa entre las obras del Nuevo Aeropuerto General Felipe Ángeles, donde protestan por tercer día consecutivo.
"Él debe saber lo que está pasando aquí, porque en 2018 vino su hijo a pedirnos el voto, y ahora sus representantes no quieren cumplir lo que nos prometieron cuando nos pidieron nuestras tierras para el aeropuerto", dijo la señora Martha Luz Solís Macías en el campamento, donde hay unas 60 personas dispuestas a quedarse a dormir, pese a la vigilancia del ejército.
Hace una semana bloquearon el acceso a la obra de cientos de camiones de volteo, en reclamo del pago de 128 hectáreas comunales y varias obras para el pueblo, como un hospital, agua potable y una universidad. Levantaron el bloqueo el martes, tras la promesa del cumplimiento, pero ese mismo día el ejército comenzó a perforar las hectáreas reclamadas.
"¡Se metieron a la mala!", acusó la señora Alejandra. "Yo creo que el presidente Lopez Obrador no está enterado de esto, porque él no ha sido abusivo con el pueblo", aseguró.
La población acusó que, por la mañana, los militares amenazaron con desalojarlos y se excusaron de no conocer el avance del cumplimiento, pero que debido a la emergencia sanitaria por el COVID-19, los trámites se han retrasado.
"¿Y entonces cómo ellos sí trabajan a pesar del virus, pero no nos cumplen? Por eso es que necesitamos que el presidente llegue aquí a conocer la situación, o que mande a un representante", se quejó el señor Mauro Palma.
Por ahora, el campamento se mantiene a la expectativa, pues por la tarde detuvieron a una mujer que entró a tomarles fotos y a hacerles preguntas. Primero dijo que era habitante del pueblo, y cuando le quitaron el celular, los militares la rescataron y dijeron que era una de ellos. Los militares reclaman que le entreguen el equipo, pero los manifestantes están molestos por sentirse vigilados.