Aunque la calidad del aire en la Ciudad de México no ha mejorado pese a la reducción de personas y automóviles circulando por las vialidades, la contingencia sanitaria por coronavirus permitirá conocer nuevos aspectos en el comportamiento de la contaminación de la atmósfera, previó el especialista Adrián Fernández.
El experto de Iniciativa Climática de México e impulsor del programa Hoy No Circula, adelantó que, pese a la reducción masiva de la movilidad, no será inmediato un descenso visible de la contaminación atmosférica capitalina, ni esperable, pues aún existen suficientes emisiones que generan partículas de ozono.
Fernández estimó que, más allá de las afectaciones de salud comunes y conocidas por causa de la polución en el aire que impactan en la salud respiratoria de los capitalinos, esta no debería ser causa en la intensificación de la propagación del coronavirus, aunque esto deberá estudiarse conforme avance el brote.
En países como Italia y China ya se ha estudiado la posible relación entre la propagación de enfermedades infecciosas por virus y la contaminación por partículas, como ocurrió recientemente en un estudio conjunto de la Sociedad Italiana de Medicina Ambiental, la Universidad de Boloña y la de Bari.
Este virus se transmite normalmente por contacto con otras personas. Se sabe mucho por los casos de mortalidad o morbilidad.
"Prácticamente, todo contagio es resultado del contacto de humano a humano,. No hay suficiente evidencia, en mi opinión, de que la contaminación de las ciudades, como las muchas que tenemos en México, contribuya con el aumento de las probabilidades de contagio", señaló Fernández.
El estudio italiano señala una posible relación de partículas PM10 como portadoras del virus conforme a un cruce de información relacionada con el número de contagios y los niveles de contaminación por este tipo de elementos en la región de Lombardía. Sin embargo, Fernández señaló que las PM10 son demasiado pesadas y que sería tanto interesante como útil conocer su comportamiento en partículas más finas, como las PM2.5.
También mencionó que el ozono y condiciones climáticas específicas, como las épocas de calor y sequía, no son propicias para la reducción de contaminantes. No obstante, ello no exenta las posibles afectaciones de las vías respiratorias entre algunos sectores de la población debido a la contaminación del aire, lo que hace vulnerables a los habitantes de las grandes ciudades de padecer infecciones respiratorias.