Debido a los ajustes al Impuesto Especial sobre producción y Servicios (IEPS) y un incremento en el índice de inflación, los precios de las gasolinas, ofrecidos al público, podrían incrementar entre 10 y 15 centavos, con lo que ya se avizora un panorama complejo para el gremio que ha sumado pérdidas considerables por la reducción de ventas debido a la emergencia sanitaria por COVID-19.
“Va a ser un año complicado, traemos en un análisis previo, que en los primeros tres meses los precios podrían estar estables, viene un incremento en los meses de abril, mayo, junio, que tendrá una repercusión fuerte en los precios del combustible”, expresó Jorge Luis Pedraza Navarrete, presidente de la Asociación de Distribuidores de Gasolina y Lubricantes en el Valle de Toluca.
Pedraza Navarrete destacó que, actualmente los precios de los combustibles se encuentran con alzas y bajas constantes, “llevamos todo el mes de diciembre así”, y esto se debe al panorama de la pandemia. Además, precisó que los distribuidores de distintas marcas en el Valle de Toluca han provocado un fenómeno de “guerra de precios”, el cual seguirá latente el año entrante.
El precio del combustible, de acuerdo con el gremio empresarial, repercute en la operación del sector productivo, puesto que las gasolinas son usadas, principalmente, para el traslado de insumos y mercancías.