Inteligencia, fuerza, habilidad y talento son de los principales requisitos que se necesitan en la mecánica, un trabajo que está hecho en su mayoría para los hombres, pero hay quienes han roto este tabú.
Trinidad Arzate Urbina, es una mujer que desde hace 20 años trabaja en su propio taller mecánico, oficio que tuvo que aprender ante la muerte de su esposo.
"La necesidad nos hace aprender cualquier cosa, y pues no fui la excepción entre en un oficio que para muchos solo es para los hombres, sin embargo como me ve aquí ando, dándole para comer".
A lo largo de este tiempo tuvo que identificar cada pieza de los autos y como utilizar las herramientas, sin miedo conecta cables, revisa aceite y escanea computadoras de los vehículos.
“Al principio pues ya ve que es como todo, viene una mujer y no la toman en cuenta es normal porque dicen una mujer no va a saber de esto y si con el tiempo ya tengo clientes ya me tienen confianza ya ven como trabajo”.
Hoy su habilidad en la mecánica le permite enseñar a cada uno de sus empleados hombres la mayoría.
“Muchos hasta no creén apoco usted trabaja aquí y sabe y todo les digo sí aquí estamos”.
Cada semana atiende más de cuatro vehículos, el modelo y la marca no importan porque su experiencia la han llevado a reparar cualquier tipo.
Todas las mañanas a partir de las siete hasta las seis de la tarde trabaja en su taller, pero su labor no termina ahí, por las noches llega a su casa y comienza el mejor papel de su vida, ser madre, prepara la comida e inicia con las labores domésticas.
“Pues tengo yo tres hijos gracias a dios los tres son profesionistas ya los tres casados, si se sienten orgullosos de que yo esté aquí, nunca se han apenado nada de eso al contrario”.
Las ganas de Trinidad por ser una mujer destacada, no sólo se define por su trabajo, de Lunes a Viernes como mecánica, los fines de semana deja los cables, las baterías para sustituirlos por libros y libretas ya que aprovecha para estudiar la licenciatura en derecho.
“Ya tenía varios años desde que mis hijos estaban chicos quería terminar la prepa porque nadamas tenia la secundaria entonces termine mi prepa y quería estudiar derecho y pues ahorita estoy en eso”
Trinidad es el claro ejemplo de que no existe el sexo débil, por el contrario son las mujeres quienes conforme pasa el tiempo o cuestionan en el hábito que por años solo fue para los hombres.