Tres Pm

Sin flores, sin música, ni grandes comidas, regalos y chocolates, cientos de mujeres celebrarán este 10 de mayo tras las rejas, para algunas quedará el consuelo de abrazar a sus hijos que viven con ellas día a día, mientras cumplen su sentencia por algún delito, sin embargo, muchas de las mujeres internadas terminan en el abandono por parte de sus familiares.

Esta es la realidad que viven mil 611 mujeres que se encuentran internadas en los centros de readaptación social del Estado de México, de las cuales 88 por ciento son madres de familia que fueron separadas de sus hijos por los delitos que cometieron.

Las realidades en los centros penitenciarios en México son duras y muy distintas a las que se viven día con día en las calles. Corrupción, autogobierno, hacinamiento, vejaciones y falta de políticas que ayuden a su reinserción social son de las condiciones que se presentan continuamente en los penales.

En este entorno las mujeres recluidas enfrentan la problemática de dejar a sus hijos en condiciones de vulnerabilidad, ya que autoridades mexiquenses tienen detectados altos índices de estrés y ansiedad derivado de esta condición.

Las cárceles mexiquenses no son lugares de descanso para sus internos, la sobrepoblación es una muestra de ello, tal es el caso del penal de Santa María Chiconautla, el cual fue construido con una capacidad para albergar a 100 mujeres, sin embargo, se encuentran internadas 320, es decir 220% por arriba de su capacidad.

Este es el mismo caso de las mujeres internadas en el penal de Barrientos, en el municipio de Tlalnepantla, que tiene una capacidad para 123 mujeres, pero aloja 250. El penal Neza- Bordo tiene una capacidad para 90 mujeres, pero cuenta con una población de 260 mujeres.

En estos entornos, 37 mujeres han intentado criar a sus hijos, ya que la ley les permite cuidar a sus hijos de entre cero y cinco años en caso de que no exista algún familiar cercano que se haga responsable de ellos.

Estas mujeres se encuentran repartidas en los penales de Santiaguito, Ecatepec, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla, Chalco, Texcoco, Tenancingo y Otumba, donde tratan de mantener una vida adecuada para ellas y para sus hijos.

A pesar de esto, al no existir modelos de readaptación adecuados, en los centros penitenciarios, tampoco cuentan con condiciones adecuadas para la crianza de sus hijos, ya que no se tienen espacios de guardería o instrucción preescolar para los menores.

Por otra parte, de acuerdo con organizaciones defensoras de los derechos humanos, los casos de abandono a reos se registra generalmente con mujeres, ya que son las parejas y los hijos quienes desatienden las necesidades de las mujeres recluidas, principalmente cuando se trata de condenas largas, lo que provoca que la mayoría de las mujeres no sean visitadas por sus familiares.

La mayoría de estas mujeres estan acusadas por delitos del fuero común, como ilícitos contra el patrimonio, el cual representa el 40 % de todos los casos, es decir robo simple, fraude de comercio o suministro, robo a negocio, sin embargo, también se tienen importantes porcentajes en delitos como lesiones, homicidio y violencia intrafamiliar.