De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de noviembre, el Estado de México cuenta con el 6.6 por ciento de su población económicamente activa, desocupada, es decir, en situación de desempleo. En agosto la tasa de desempleo era del 7.6 por ciento.
Además, señala qué hay una tasa de informalidad del 40.2% de los mexiquenses relacionados a una actividad no formal, situación que durante los meses del primer confinamiento y paro de actividades se incrementó. En julio de 2020, la ENOE señalaba el 54.9 por ciento de informalidad la cual aumentó en agosto al 55.1%.
El incremento del desempleo, debido al cierre de unidades económicas por el impacto de la emergencia sanitaria por COVID-19, llevó a la población desocupada a buscar alternativas para objetar ingresos, por lo que la informalidad fue una de las principales vías.
A pesar de la ligera recuperación, diversos organismos empresariales mexiquenses han estimado que la nueva declaratoria del semáforo de riesgo epidemiológico en rojo, que por segunda ocasión llevó a la paralización de actividades consideradas no esenciales, desencadenaría nuevamente la pérdida de empleos y cierre de empresas.
En el Estado de México la mayor actividad se concentra en la industria, específicamente en lo relacionado a la manufactura con el 23.8% de los puestos laborales.
A nivel nacional el promedio de informalidad incrementó sumándose 142 mil nuevas personas a este rubro, para un total de 29.8 millones de mexicanos. La tasa de desempleo en México bajó 0.3 puntos porcentuales respecto a octubre, pero la cifra es mayor a la del 2019.