“Si seguimos siendo miedosos, individualistas, apáticos y si nos detenemos más de seis horas diarias en el teléfono celular para convivir… ¿dónde vamos a parar?”.
A la voz de "¡Al ataque, mis valientes!" Alicia Hoyo, responsable del Grupo la Risa abre Corazones, llama a los soldados de su Ejército a que desplieguen todo su armamento de risas, abrazos y sonrisas hacia los pacientes que luchan en contra de la enfermedad dentro del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM), busca sembrar una sonrisa en medio de la tragedia que viven centenares de familias.
Con su nariz de payasita, su actitud alegre y una energía que motiva a todos los que la miran, avanza con su grupo para abrazar a los pacientes, escucharles y ayudarles a encontrar un motivo para luchar, recuerda que todos seremos pacientes alguna vez o tendremos que visitar a alguien que amamos en ese espacio.
“Estamos viviendo una época de apatía, de violencia, de miedo, de muchas cosas que parten el alma porque, si eres sociable y eres amoroso, te frena mucho lo que está sucediendo. Si vemos las noticias, el 90 por ciento son negativas, entonces, hay mucha sensibilidad negativa cuando tú te acercas a alguien”.
Ser empáticos, principalmente al interior del seno de los trabajadores de la salud, dice, es el inicio para ayudar a una verdadera recuperación, toda vez que dentro de un hospital la aparición de trastornos emocionales y estrés, incluso en los propios médicos, puede afectar a los pacientes y al avance de sus tratamientos.
“La mayoría de ellos son estudiantes de Medicina, llevan el entrenamiento que les doy y que he aprendido con los años, y con las enfermedades, es un juego de ganar-ganar, yo gano al formarlos a ellos como terapeutas breves porque no solamente cambian su actitud hacia el otro como psicólogo sino en el aspecto familiar, social académico es un crecimiento a nivel íntegro”.
En marzo pasado la Risa Abre Corazones cumplió siete años de vida, tiempo en el que ha brindado apoyo a más de 20 mil personas mediante una terapia que se basa en brindar amor dentro de las unidades médicas del ISSEMyM de segundo y tercer nivel de atención, hoy con la intención de hacer crecer el programa y llevarlo al Instituto de Salud del Estado de México.