El Estado de México es la quinta entidad con el mayor número de ataques en contra de mujeres periodistas al sumar 40 casos del año 2019 a 2022, según lo reportado por la organización Comunicación e Información de la Mujer Asociación Civil (CIMAC).
Este estudio revela que durante las protestas feministas y las de la diversidad sexual, la entidad mexiquense se ha enmarcado por la violación a los derechos humanos de los y las periodistas por parte de elementos policiacos ante el usos excesivo de la fuerza.
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Las reporteras han sido quienes han afrontado mayores agresiones por ejercer su labor periodística, con el 54.49 por ciento de los ataques, lo que significa que cuando salen a realizar sus coberturas constituyen un blanco más fácil.
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Las periodistas que inician sus propios medios de comunicación, la mayoría digitales, como una alternativa a los medios tradicionales, reciben agresiones por establecer su propia agenda, mientras que las directoras de medios es decir el 14.86 por ciento y las columnistas equivalen al 8.08 por ciento, por tener una opinión autónoma y construir una agenda con perspectiva de derechos humanos de las mujeres, se convierten en un foco de atención para quienes ven afectados sus intereses.
A estas les siguen las fotoperiodistas con el 7.43 por ciento y las conductoras o presentadoras que son el 6.12 por ciento, quienes comparten la característica de ser más visibles, tanto por estar al frente de una cámara o a cargo de un noticiero, como por salir a campo con equipo que las identifica como comunicadoras.
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El caso de las fotoperiodistas involucra factores que incrementan su vulnerabilidad, algunas es decir el 12.28 por ciento trabajan de forma independiente, por lo que no cuentan con seguro médico, prestaciones, un sueldo fijo o el respaldo de un medio, lo cual hace que su labor sea más riesgosa.
A lo anterior se suma que el 31.68 por ciento de las periodistas junto con el 49.50 por ciento de las reporteras son quienes cubren en mayor medida las protestas feministas, que han sido criminalizadas y estigmatizadas por las autoridades, generando un escenario hostil y permisivo para que sean sujetas de violaciones a los derechos humanos.
Por último, las periodistas de investigación se han enfocado en temas como corrupción, derechos humanos y estructuras criminales su trabajo visibiliza la colusión de actores políticos con organizaciones delictivas y empresas, por lo que al difundir y develar actos ilegales son agredidas por los grupos de poder.