Las condiciones de desempleo y la baja en los ingresos de las familias, debido a las afectaciones de la emergencia sanitaria por COVID-19, impiden a las personas tener una capacidad de compra y endeudamiento en bienes como autos particulares; por ello, esta situación sigue generando pérdidas al sector.
María de los Ángeles Arriaga de Quiróz, Presidenta de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Autos en el Estado de México (AMDAMEX), informó que durante el primer bimestre del año, a pesar de un aumento en ventas comparadas a las de meses pasados, las cifras son menores a los ingresos en años anteriores.
Además, precisó que las ventas durante enero y febrero fueron 21.83 por ciento menores que las del mismo periodo del año pasado, y 27.9 por ciento por debajo de las del 2019.
“El resultado negativo del primer bimestre indica una tendencia a hacer más lento el proceso de recuperación del mercado automotor”, dijo. Lo mencionado como un indicador en el arranque de año, señalando que las estimaciones se ajustan y sólo prevén un crecimiento del 9% respecto al 2020.
Así pues, añadió que además del impacto económico de la pandemia en la economía familiar, la industria se enfrenta a la disminución de suministro de algunos modelos en distintas marcas, esto a consecuencia de la crisis global de semiconductores y del desabasto energético durante algunos días en plantas automotrices en México.