Actualmente en México existe un déficit de profesionales dedicados a la labor de la enfermería, pues del promedio recomendado por la OCDE de 8.8 por cada mil habitantes, el territorio mexicano alcanza escasamente los 2.5.
En México, por cada 100 profesionales de la salud con funciones paramédicas, 50 son enfermeras generales, 20 auxiliares, 11 especializadas y 5 pasantes, por lo que, la actualización y profesionalización de este sector representa un reto significativo.
Para Martha Albarrán, enfermera especializada en Estomas y Heridas, el personal de enfermería es fundamental para la preservación de la salud, pues afirmó que, “su rol y compromiso durante la pandemia es equiparable a la gran labor que hacen para la atención de otros padecimientos crónicos, como el manejo de heridas”
En México, las heridas constituyen un grave problema de salud pública, no sólo por la alta incidencia sino por los altos costos de atención.
Las heridas traumáticas, las úlceras de pie diabético y las lesiones por presión son las tres principales lesiones que aquejan a los mexicanos, siendo Michoacán, Puebla y Jalisco las entidades más afectadas.
Los costos mensuales estimados por la Asociación Mexicana para el Cuidado Integral y Cicatrización de Heridas A.C para la atención de heridas son de más de $46.5 millones de pesos para procedimientos ambulatorios y, de cerca de mil novecientos millones de pesos para procedimientos que implican hospitalización.
“Las heridas crónicas además del dolor e incapacidad física, tienen el potencial de detonar infección y trastornos emocionales profundos como la depresión, estrés y ansiedad” afirmó Martha Albarrán.