En marzo de 2021, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) emitió un comunicado con un mensaje contundente: los elefantes africanos están en peligro crítico de extinción debido a la caza ilegal de marfil y la pérdida de su hábitat en la sabana.
Y es que a pesar de los notables esfuerzos de conservación que se han llevado a cabo en Tanzania y otros países del continente africano, la especie no ha logrado recuperarse del todo.
Sin embargo, las esperanzas aún se mantienen, y tanto biólogos como ambientalistas ya están ideando un nuevo plan para hacerle frente a esta situación, el cual hará uso de una herramienta jamás antes vista: la inteligencia artificial.
“Actualmente, los avances tecnológicos están poniendo nuevas herramientas en manos de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y los biólogos de conservación que las necesitan desesperadamente, utilizando inteligencia artifical, aprendizaje automático, drones y más”, explica Zoe Cormier, corresponsal de la BBC en África.
Monitorear a la especie de esta manera no sólo será más sencillo, sino que también permitirá saber específicamente qué zonas son más vulnerables para estos animales.
A pesar de que dichas implementaciones pueden aportar enormemente al conocimiento que se tiene sobre las jornadas de caza ilegal de elefantes africanos; hoy en día, los ecologistas se enfrentan a obstáculos difíciles de afrontar, más que nada porque los datos que arrojan los drones son complejos.
No obstante, la astrofísica birtánica, Claire Burke, de la Universidad John Moores de Liverpool, afirma que es posible aplicar el conocimiento sobre el universo a la conservación de especies en peligro. Para ello, diseñó un sistema de cámaras térmicas que detectan el color infrarrojo.
Esta técnica, denominada como “astroecología”, servirá para que Burke junto con otros especialistas analicen la información recabada por los drones y cámaras directamente en los ecosistemas afectados. De esta manera, podrán identificar y seguir correctamente a los elefantes en libertad.
La mancuerna de inteligencia artificial y voluntariado en la sabana africana apenas comienza a gestionarse, pero desde ahora ya promete resultados en un futuro no muy lejano.