Esta semana, el Instituto Nacional de Biodiversidad de Ecuador (Inabio) informó el descubrimiento de una nueva especie de sapo arlequín, la cual, desafortunadamente, se encuentra en peligro de extinción.
Bautizado como Atelopus colomai, en homenaje a Luis A. Coloma, quien ha contribuido al estudio y protección de los sapos arlequín durante décadas, este espécimen puede hallarse en la región amazónica de Ecuador, cerca de las localidades situadas entre los ríos Napo y Pastaza.
Respecto a sus características físicas, destacan por tener un dorso negro con pocos círculos, puntos o líneas asimétricas de color verde amarillento; mientras que en los laterales presentan una reticulación verde amarillenta similar a espuma, hasta formar una banda desde arriba del ojo hasta la ingle, con numerosas marcas redondeadas negras.
Por su parte, el vientre es de color crema y los labios están bordeados por una línea negra delgada. En tanto, los laterales del vientre tienen una transición de reticulación verde amarillenta con numerosos puntos negros que llegan hasta la garganta.
Un comportamiento curioso registrado por los investigadores del Inabio es que al monitorear el comportamiento de las Atelopus colomai, se dieron cuenta que durante los días los ejemplares machos cantan sobre posiciones elevadas; pero una vez que cae en la noche, sólo pueden encontrarse ejemplares hembras durmiendo en hojas.
Como se mencionó al inicio, esta nueva especie de sapo arlequín se encuentra en peligro de extinción, debido a que únicamente persiste en 6 localidades definidas como amenazadas, mismas que están severamente fragmentadas por la deforestación; agricultura; construcción de carreteras; y contaminación.