Los icónicos osos polares de la bahía de Hudson occidental, en Canadá, han visto reducir su población casi a la mitad durante las últimas décadas, principalmente debido a la falta de hielo marino y a las escasas oportunidades de caza.
Para llegar a esta conclusión, los autores del estudio, publicado en la revista Science, se basaron en un nuevo modelo bioenergético que consideró datos recopilados en más de 40 años.
Los resultados obtenidos ponen de manifiesto la relación entre las necesidades energéticas individuales de los osos y las limitaciones ambientales que impulsan las tendencias poblacionales, enfatizando que la energía es el factor limitante clave en el declive de estos importantes depredadores del ártico.
“Los osos polares son animales que necesitan el hielo marino para cazar focas, su principal fuente de alimento. Sin embargo, cuando el hielo se derrite durante los meses más cálidos, dicha especie se ve obligada a desplazarse a tierra o a aguas menos productivas, lo que la hace depender de sus reservas de energía ante la falta de recursos adecuados”, señala Louise Archer, de la Universidad de Toronto.
“Estamos seguros de que la privación alimentaria causada por los cambios en el hielo estacional se encuentra vinculada al descenso de las poblaciones de osos polares en la bahía de Hudson y otras partes del mundo”, afirma.