Al inicio del invierno de 2020, un grupo de veterinarios de la Comisión de Conservación de Vida Silvestre y Pesca de Florida se percató de que un alto número de manatíes del estado estaban perdiendo la vida. En primera instancia, atribuyeron esta situación a las bajas temperaturas, las cuales pudieron causar niveles elevados de angustia, pues la especie no está del todo acostumbrada; sin embargo, con el paso de los meses se dieron cuenta de que la razón parecía estar ligada a la actividad humana.
Según el equipo de médicos veterinarios liderados por la doctora Martine de Wit, estos mamíferos acuáticos resultan muy sensibles a los cambios bruscos de temperatura, más aún si se trata de descensos considerables. Por esta razón, suelen migrar a aguas más cálidas, como las que se encuentran en la costa atlántica de Florida.
Pero sorprendentemente, la mayor parte de las muertes registradas hasta ahora se han producido, justamente, en esta región de los Estados Unidos; lo anterior a pesar de ser menos profundas y adecuarse mejor a la calidez que estos animales necesitan.
Ejemplo de ello es que del 1 enero al 30 de septiembre de 2021, un total de 959 ejemplares han perdido la vida; mientras que los manatíes sobrevivientes están siendo atendidos de urgencia.
Demacrados y hambrientos, según señala de Wit, podría ser que la disminución en la población de manatíes estadounidenses esté relacionada a la pérdida de sus fuentes de comida. Este fenómeno, a su vez, se desprende de la contaminación considerable del agua en las lagunas del país.
Y es que hoy en día, diferentes productos químicos usados para la actividad agrícola local están contaminando las aguas estadounidenses, casi todos relacionados a fertilizantes tóxicos, compuestos de fósforo y nitrógeno. Con el paso del tiempo, dichas sustancias han deteriorado la calidad del agua, así como la pureza de los ecosistemas en los que estos animales viven.
Pero a pesar de que actualmente el gobierno federal de los Estados Unidos protege a los manatíes, es una realidad de que la contaminación de las aguas está comprometiendo gravemente su existencia; no sólo a ellos, sino a las más de 4 mil 300 especies animales y vegetales que comparten el hábitat.