El caparazón de las tortugas es uno de los aspectos morfológicos que despierta más curiosidad entre las especies que habitan este planeta. Sin lugar a dudas, es la parte más distintiva de estos animales. Pero existe aún mucho desconocimiento acerca de su evolución, sobre todo cómo y por qué desarrollaron esta especie de escudo.
Las tortugas utilizan claramente el caparazón con una finalidad defensiva. Todas las especies lo emplean para protegerse de sus depredadores, al poder resguardarse y desaparecer en el interior de este escudo, que es muy duro.
Los científicos han sostenido a menudo que las tortugas desarrollaron el caparazón para cumplir una función protectora. Pero lo cierto es que no se ha podido demostrar que este fuera su origen.
Un estudio de 2016 publicado en la revista científica Current Biology descarta que su origen fuera defensivo y defiende otra teoría.
A partir de unos fósiles con 260 millones de años de antigüedad encontrados en Sudáfrica, los autores sostienen que las tortugas desarrollaron su caparazón originariamente para excavar en la tierra y sobrevivir a las duras condiciones que había en esta región.
De cualquier forma, lo que está claro es que, aun no siendo su función originaria, las tortugas usan el caparazón para protegerse.