El pulgar hacia arriba para indicar que todo está bien o un movimiento de manos para decir adiós son ejemplos de la llamada comunicación gestual, la cual se creía exclusiva de nosotros los seres humanos; sin embargo, un nuevo estudio descubrió que cierta especie de ave suele recurrir a ella para demostrar su “caballerosidad”.
Liderada por la Universidad de Tokio, Japón, la presente investigación explica cómo el colorido y diminuto herrerillo japonés (Parus minur), agita las alas en un gesto para cederle el paso a su pareja y así pueda entrar antes al nido.
Durante la primavera, estos animales suelen aparearse y construir sus hogares al interior de las cavidades de los árboles, agregándoles una pequeña entrada. Tomando en cuenta lo anterior, los autores simularon esos espacios utilizando cajas colocadas en medio de la naturaleza.
Tras analizar detalladamente más de 300 visitas al nido artificial, observaron como la pareja busca una rama donde posarse antes de entrar y, una vez sobre ella, uno de los individuos, generalmente la hembra, comienza a agitar las alas hacia el otro. Esta acción invita al miembro de la pareja que recibe el gesto a entrar primero a la caja, mientras que el otro ingresa en segundo lugar.
Al respecto, los científicos creen que este comportamiento cumple con los criterios para ser clasificado como un gesto simbólico en los herrerillos japoneses, pues el mismo sólo se produce en presencia de la pareja y termina después de que ésta entra al nido.
“Seguiremos descifrando de qué hablan las aves a través de gestos, vocalizaciones y combinaciones. Esto no sólo nos permitirá descubrir el rico mundo de los lenguajes animales, sino que también nos servirá para desentrañar los orígenes y la evolución del nuestro”, señaló Toshitaka Suzuki, autor principal.