En tiempos recientes, se tiene la creencia, por diferentes trabajos, que el fin de los dinosaurios fue producto del efecto de altas temperaturas, pero podría haber un error en eso.
Resulta que un nuevo estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, sugiere que estos enormes y temibles seres murieron congelados, y no quemados como se pensaba.
Los autores de la presente investigación argumentan que la extinción del Triásico Final se dio porque partículas de sulfato, arrojadas hacia la atmósfera, enfriaron al planeta Tierra, congelando así a muchos de sus habitantes.
“El aumento gradual de las temperaturas, en un entorno que ya era caluroso, pudo haber terminado el trabajo más tarde, pero fueron los inviernos volcánicos los que causaron el mayor daño”, se lee en el artículo.
Para llegar a esta interesante conclusión, el equipo se dio a la tarea de correlacionar datos de depósitos de montañas de Marruecos y Nueva Escocia, así como de la cuenca de Newark ubicada en Nueva Jersey. Tras recopilar los datos, se percató que las erupciones volcánicas liberaron tal cantidad de sulfato, con tanta rapidez, que el Sol quedó, en gran medida, bloqueado, provocando el desplome de las temperaturas.