El mundo de los insectos es vasto y precioso (aunque actualmente se encuentra seriamente amenazado), y, en general, sus formas y colores se cuentan entre los más asombrosos y estimulantes de todos los que existen en la naturaleza. Por esas cualidades, y también por su carácter naturalmente huidizo, las visitas y encuentros con insectos bien pueden considerarse apariciones mágicas.
Recientemente han circulado en la web unas fabulosas imágenes tomadas por Margaret Neville, quien reside en Sudáfrica. Neville descubrió en su jardín un insecto que parecía mimetizarse con un arbusto de lavanda y tenía, además, un comportamiento inusual.
La mujer describe a este insecto como una especie de "delicada escultura de cristal", una especie de joya espontánea.
En realidad, el insecto que se encontró, aunque raro, tiene nombre: se trata una "mantis flor", conocida también como "mantis floral" (Pseudocreobotra wahlbergii), un ejemplar de la abundante especie de las mantis religiosas. Su nombre proviene, por supuesto, de su extraordinaria capacidad para mimetizarse con las flores, como puede observarse en esta preciosa imagen.