Una reciente investigación dirigida por expertos de la Universidad de Monash, en Australia, utilizó simulaciones en computadora para revelar el antiguo vínculo entre las abejas y la evolución del color de las flores.
El estudio, publicado en la revista Proccedings, se dio a la tarea de recrear el paisaje de las primeras especies de plantas de hace millones de años, a fin de probar su visibilidad para los animales polinizadores.
Al respecto, el autor principal, Alan Dorin, señaló que insectos como las abejas procesaron la percepción visual mucho antes de que aparecieran las primeras flores, por lo que éstos eran capaces de volar y orientarse entre las rocas, hojas, palos y cortezas.
Con base en ello, él, junto al resto de su equipo, lograron demostrar que las flores de la antigüedad desarrollaron tonos más deslumbrantes para distinguirse de sus fondos apagados y así poder atraer a los polinizadores de aquella época.
“Ahora podemos observar que, al igual que sus antepasados, las abejas contemporáneas cuentan con fotorreceptores ultravioleta azul y violeta, lo cual podría explicar que algunas flores modernas han desarrollado colores comunes en sus pétalos, como el amarillo, en respuesta a lo que esos insectos pueden percibir fácilmente”, indicó Dorin.
“Confiamos que nuestros hallazgos ayudarán a informar cómo se polinizan las especies de plantas hoy día, y permitirán avanzar en el estudio de la agricultura inteligente”, finalizó.