Aunque la pandemia de COVID-19 ha durado ya varios meses en México y el mundo, la realidad es que durante este tiempo no todas han sido malas noticias, pues gracias a este suceso, miles de tortugas han nacido libremente en distintos puntos de nuestro país, debido a la ausencia de turistas y visitantes en las playas.
Es el caso del nacimiento masivo de tortugas golfinas en el estado de Sonora, hecho catalogado por muchos como “histórico”.
“En mi comunidad y en los dos pueblos en los que he vivido jamás había visto algo así. Sin duda ha sido un suceso majestuoso para mí”, comentó Mayra Estrella Astorga, quien funge como coordinadora del Tortuguero de la comunidad indígena Comcaac.
Esta temporada, que empezó el 22 de octubre y terminará el 4 de noviembre, han eclosionado poco más de 2 289 tortugas en la playa Mancha Blanca del Desemboque, ubicada en la costa del Mar de Cortés. Lo más increíble es que, durante los años normales, esta misma playa registra el nacimiento de no más de 500 tortugas. Gracias a la pandemia del nuevo coronavirus, la pesca y el turismo cayeron, generando condiciones favorables nunca antes vistas en favor de estos animales marinos.
“Yo creo que fue por esto de la pandemia. Por una parte, sí nos benefició, porque fue hermoso para nosotros ver más tortugas, debido a que durante este tiempo no han dejado entrar a los barcos ni a las personas que trabajan en la pesca ribereña”, explicó Astorga.
La tortuga golfina o Lepidochelys olivácea es un animal marino perteneciente a la familia cheloniidae y es la más pequeña de las tortugas marinas (puede medir hasta 70 centímetros y pesar alrededor de 40 kilogramos). Tristemente, es una especie en peligro de extinción, enlistada por la Norma Oficial Mexicana. Los principales riesgos que la amenazan son el tráfico de huevos y la pesca, tanto ilegal, como accidental.