La solicitud se realizó hace más de una década. A través del Centro para la Diversidad Biológica, abogados y activistas estadounidenses pidieron a las autoridades que se llevara a cabo una revisión consciente y profunda del hábitat de los manatíes (Trichechis manatus) en el estado de Florida.
Durante años, la petición fue ignorada; sin embargo y de manera inesperada, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre en Estados Unidos aprobó esta semana un acuerdo con organizaciones de la sociedad civil, en el que se comprometen a restablecer el pasto marino y las temperaturas adecuadas para que la especie sobreviva.
Fue en 1978 cuando esta misma dependencia actualizó por última vez las protecciones de hábitat crítico para los manatíes. Y es que a pesar de que estos animales se encuentran en peligro de extinción, no sólo en Florida sino en todo el mundo, ellos quedaron en segundo plano durante más de 40 años.
Desde ese entonces, las autoridades sabían que el hábitat del manatí era delicado, pues estos mamíferos marinos requieren de condiciones muy específicas para desarrollarse adecuadamente, especialmente porque su piel es sumamente delicada, y resiente de manera importante los cambios en la temperatura del agua.
“Ahora, todas las designaciones de hábitats críticos requieren que el Servicio identifique las características físicas y biológicas que son esenciales para la preservación de las especies”, señala Ragan Whitlock, abogado del Centro para la Diversidad Biológica.
Para que los manatíes en Florida subsistan, explica, los manantiales deben de mantenerse tibios, no calientes. Y lo que es más, las especies vegetales para pastar bajo el agua tendrán que ser capaces de aguantar las nuevas temperaturas del ambiente; de lo contrario, el pronóstico no será nada alentador.
A pesar de todos estos obstáculos, Whitlock y su equipo están emocionados y agradecidos por empezar este nuevo proyecto a favor de la preservación de los manatíes de Florida.
“Realmente este es un primer paso para la recuperación. No se puede proteger al manatí o darle una oportunidad de supervivencia a largo plazo sin proteger su hogar”, concluyó el licenciado ambientalista.