En la selva tropical de las Ghats occidentales, una cadena montañosa ubicada en la India, habita un grupo de monos muy peculiares, conocidos como los macacos de cola de león.
Estos monos se ganaron sus nombres debido a su distintivo aspecto. Tanto los machos, como las hembras poseen una majestuosa melena de color blanco grisáceo alrededor de la cara. Los mechones negros de piel al final de sus colas son muy parecidos a los de la cola de un león. Sus crías nacen con rostros de color más claro y sus melenas no crecen hasta que tienen alrededor de dos meses.
Esta especie mide entre 40 y 60 centímetros y pesa hasta diez kilogramos, una de las más pequeñas entre las 23 especies de macacos distribuidos por Asia, África del Norte y Gibraltar.
Al igual que otros de sus parientes, los macacos de cola de león tienen abazones grandes en las mejillas. Estos abazones pueden llevar casi la misma cantidad de comida que su estómago puede contener. La piel dura de las nalgas les permite sentarse y dormir en las ramas de los árboles.
Con una población de menos de 2 500 ejemplares viviendo en estado salvaje, el macaco de cola de león es una de las especies más amenazadas del mundo.