Después de varios meses sentado en el balcón de su casa observando colibríes, Nir Sapir, biólogo evolutivo e investigador de la Universidad de Haifa, se dio cuenta de que estas aves poseen la capacidad de volar en varias direcciones. La velocidad de vuelo de estos diminutos animales logró captar su atención.
A partir de esta experiencia, Sapir se reunió con Robert Dudley, de la Universidad de California, para realizar un trabajo de investigación, de la mano con Berkeley. Para este estudio, enfocado en el vuelo de los colibríes, se valieron de cámaras de alta velocidad y medidores de consumo de oxígeno. Esto fue lo que descubrieron.
Arriba, abajo, adelante y atrás
Para el estudio, se consideró el vuelo de cinco colibríes en cautiverio, pertenecientes a la especie Calypte anna, que se caracteriza por tener la cabeza roja; los cuales se alimentaron uno a uno con azúcar mientras el equipo activaba un túnel de viento. De esta forma, podían controlar y manipular la intensidad de la brisa artificial, para observar el comportamiento y la reacción de las aves.
Se dieron cuenta de que, al alterar la fuerza y la dirección del viento, los colibríes utilizaron diferentes estrategias de vuelo. El movimiento fue registrado por cámaras de alta velocidad, al tiempo que midieron su consumo de oxígeno, postura y el plano de inclinación de sus alas. Este último factor fue determinante en la investigación, ya que se dieron cuenta de que estas aves tienen la capacidad de moverse hacia adelante, atrás, arriba, abajo o permanecer en un mismo lugar.
Los colibríes usan mucha energía para volar
De acuerdo con Sapir, el descubrimiento más importante del estudio fue que volar de reversa consume una cantidad similar de energía que el vuelo normal. Además, con los registros de las cámaras de movimiento, entendieron que ambas actividades son más eficientes que permanecer en un mismo sitio.
Al observarlos, se dieron cuenta de que vuelan hacia atrás cuando se retiran de alguna flor que usaron como fuente de néctar. Para entonces, no existía mucha investigación con respecto al vuelo de los colibríes, como dice Sapir: “Observé a los colibríes en un comedero en mi balcón y vi que volaban hacia atrás de forma frecuente. Esto me sorprendió mucho, teniendo en cuenta que vuelan hacia atrás todo el tiempo, así que decidí estudiar cómo lo logran y qué consecuencias tiene este tipo de vuelo para su metabolismo”.
Esto explica porqué estas aves tan pequeñas buscan flores para alimentarse cada dos minutos. Al parecer, requieren de un boost de energía importante, porque se tienen que recuperar del gasto tan importante para sus cuerpos. Además, resultó que la resistencia que imponen al aire es ligeramente mayor con respecto del vuelo hacia adelante. Esto, de acuerdo con Sapir, corresponde a que la velocidad disminuye cuando se dirigen hacia atrás. Los hallazgos completos fueron publicados en la revista científica Journal of Experimental Biology.