Un estudio publicado este martes ha proporcionado nueva evidencia de que los chimpancés jóvenes son capaces de mostrar flexibilidad funcional vocal, un componente comúnmente conocido en el desarrollo del lenguaje humano.
La habilidad de producir sonidos que pueden cumplir una variedad de funciones es fundamental para aprender a hablar; sin embargo, por mucho tiempo se ha tenido la creencia de que los primates no comparten dicha característica con nosotros.
Por ejemplo, los bebés humanos hacen ruidos que tienen propósitos específicos. Las gritos, las risas y los llantos funcionan como emociones claras, mientras que los sonidos de libertad de expresión, entre ellos el balbuceo previso, resultan más flexibles.
La nueva investigación elaborada por el Departamento de Psicología de la Universidad de Portsmouth, Inglaterra, descubrió que los chimpancés infantiles y juveniles demuestran una flexibilidad vocal similar, lo que a su vez implica que las bases del habla tienen sus raíces en nuestra herencia evolutiva de los primates.
“Todos los seres vivos se comunican, pero sólo nosotros los humanos nos comunicamos mediante el lenguaje. El cómo surgió esto, sigue siendo un misterio sin resolver dentro de la ciencia”, señaló el Dr. Jerry Taylor, autor principal.
“Hasta ahora no teníamos evidencia de la flexibilidad funcional vocal en primates no humanos desde el principio. Sin duda, este descubrimiento brinda profundas implicaciones para nuestra comprensión de los orígenes del lenguaje humano”, precisó.
Para llegar a este resultado, el equipo de científicos filmó 768 vocalizaciones en 28 ejemplares que habitan dentro de un santuario en Zambia. Éstos incluían gruñidos, gemidos, risas, gritos, abucheos, ladridos, chirridos y jadeos.
Sin embargo, tras revisar y clasificar los sonidos, encontraron que, al igual que los bebés humanos, los chimpancés producían llamadas con diferentes estados afectivos, así como una amplia variedad de expresiones y movimientos faciales.