Los conejos y las liebres no son animales que se caractericen por su habilidad para recorrer grandes distancias; sin embargo, una travesía de cientos de kilómetros recién revelada protagonizada por una liebre ártica (Lepus arcticus) llamó la atención de los biólogos al convertirse en el viaje más largo para cualquier especie de la familia de los lepóridos jamás registrado.
Todo comenzó en 2019, cuando un equipo de la Universidad de Quebec, Canadá, liderado por el ecólogo Dominique Berteaux, colocó collares rastreadores a 25 individuos de liebre ártica que habitan en la Isla de Ellesmere con el objetivo de estudiar más a fondo sus movimientos a través de la tundra.
Al analizar los datos de sus recorridos vía satélite, los científicos se sorprendieron al notar que, contrario a lo que se creía, la mayoría de los ejemplares habían emprendido viajes de entre 113 y 310 kilómetros. Pero dentro de todos ellos, el registro que arrojó una hembra adulta identificada como BBYY superó cualquier expectitiva.
Según la información satelital, BBYY recorrió una distancia récord de nada más y nada menos que de 388 kilómetros durante 49 días. En promedio, la liebre recorrió 7.91 kilómetros diarios, todo un hito si se toma en cuenta que esta especie suele pasar toda su vida en un mismo territorio con acceso a alimentos y refugio.
Aunque se desconoce la causa precisa de su viaje, Berteaux y su equipo explican que es muy probable que el largo camino de la liebre ártica haya estado lleno de peligros, sobre todo tratándose del desierto polar.
Tristemente, un mes después de su travesía, BBYY murió; sin embargo, su viaje y la del resto de liebres servirán para conocer más a fondo su comportamiento y establecer nuevas estrategias de conservación.