Semanas después de avistar una medusa fantasma gigante, el Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterrey en California (MBARI, por sus siglas en inglés) compartió un nuevo encuentro con una de las criaturas más extrañas de la llamada zona mesopelágica.
Durante una reciente exploración con vehículos operados a control remoto (ROV) en busca de medusas, dirigida por el acuarista Tommy Knowles, un equipo del MBARI se encontró cara a cara con un pez de cabeza transparente, dueño de una de las adaptaciones más vistosas a la falta de luz en la zona crepuscular del océano.
Tras un intenso análisis, los expertos pudieron confirmar que se trataba de un ejemplar conocido como Macropinna microstoma, el cual suele habitar más allá de los 600 metros de profundidad y posee un par de ojos tubulares donde la mayoría de peces tienen ojos.
Además, esta criatura posee un par de hendiduras que funcionan como órganos olfativos de la misma forma que los humanos tenemos fosas nasales. Sin embargo, la mayor característica sigue siendo su cabeza transparente que permite observar a detalle el interior de su cráneo.
Mediante un video compartido por el Instituto, uno de los ROV se coloca frente al animal con el objetivo de captar cómo es la disposición de sus ojos, así como sus órganos olfativos y la boca en contraste con el resto de su cuerpo de tonalidad oscura.
Posteriormente, el pez gira sobre su propio eje, impulsándose con sus aletas pectorales, y decide sumergirse aún más para continuar con su camino.
De acuerdo con el MBARI, los Macropinna microstoma pueden alcanzar hasta los 15 centímetros de largo y comúnmente se distribuyen por el Pacífico: desde el Mar de Bering hasta Japón y las costas de California.
Desde su descubimiento en 1939, los encuentros con individuos de la especie son catalogados como “inusuales en extremo”; pues el centro explicó que en las más de 27 mil 600 horas de video captadas a través de 5 mil 600 expediciones submarinas, únicamente han documentado nueve encuentros.