Considerada la playa más bonita de España, Ibiza está viviendo una precupante situación, toda vez que las lagartijas de las Pitiusas (Podarcis pityusensis), una especie endémica, poco a poco están desapareciendo.
Resulta que desde 2003, este punto turístico se ha llenado de miles de culebras de herradura (Hemorrhois hippocrepis), una serpiente invasora que se está alimentando de las mencionadas lagartijas, a tal punto que ya reducieron su población a un 30%.
Según cálculos de científicos locales, en aproximadamente dos años estos reptiles rastreros habrán ocupado todo el territorio ibicenco, esto a pesar de las trampas distribuidas por las autoridades.
En ese sentido, Oriol Lapiedra, del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), asegura que han llegado a capturar ejemplares de longitudes superiores a 1.80 metros, debido a que en Ibiza encuentran un “buffet libre” de lagartijas.
“(las culebras de herradura) Avanzan en un frente parecido al de una batalla. Hay que imaginárselas como si fueran una ola que devoran lo que encuentran”, describe el experto.
“Con el paso del tiempo, este frente se ha hecho más fuerte y cada vez se acumulan más serpientes a mayor velocidad y las lagartijas desaparecen más rápido. Sin duda, estamos viviendo una situación dramática”, lamenta.
Entre las soluciones que se manejan para hacerle frente a este problema destaca un proyecto piloto impulsado por la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Natural y el Zoológico de Barcelona, el cual consiste en trasladar ejemplares de lagartija sanos para averiguar si pueden ser criadas en cautividad y así mantener un reserva genética mientras se desarrollan otras medidas a mayor escala, como construir refugios en Ibiza o intentar repoblar con los individuos que hay allí.