Científicos descubrieron los restos de dos antiguos peces que tenían dientes en la mandíbula inferior y un enorme colmillo -similar a los que lucían los tigres dientes de sable- en la superior. Estos peces, ahora extintos, son tan extraños que no hay precedentes conocidos que se les asemejen.
Los dientes de sable de estos peces resultan tan extraños, que los científicos nombraron a uno de ellos Monosmilus chureloides, que proviene de las raíces griegas monos (único) y smil’e (cuchillo), y chureloides, en referencia a un demonio con grandes dientes en el folclor de varios países del sur de Asia, incluido Pakistán, donde el fósil fue desenterrado.
Se cree que las especies de peces recién descubiertas se encontraban entre los linajes que intentaron explotar estas brechas mediante la diversificación y evolución de nuevas adaptaciones, expresó Alessio Capobianco, de la Universidad de Michigan.
Capobianco es el autor principal de un estudio que describe las especies de peces recién descubiertas. El fósil más antiguo de anchoas con dientes de sable data de hace 54 millones de años, mientras que el último que encontraron tenía 45 millones de años, lo que indica que existieron durante, al menos, nueve millones de años.
Los fósiles analizados representan un nuevo grupo de peces clupeiformes de cuerpo grande, orden que incluye anchoas y arenques. Estas nuevas especies se caracterizan por tener una sola hilera de dientes parecidos a colmillos en la mandíbula inferior, y ninguno en la mandíbula superior, más que un solo colmillo gigante.
Asimismo, Capobianco dijo que las mandíbulas como estas son "completamente únicas y sin precedentes en ningún otro pez". Agregó que el diente de sable está ligeramente desplazado del centro, lo que le da al pez una apariencia ligeramente asimétrica y lo hace aún más inusual.