A pesar de que los océanos cubren más del 70% de la superficie del planeta, de acuerdo con el geólogo francés Thierry Juteau, la humanidad sólo ha explorado alrededor del 5%; por lo que estas zonas del planeta siguen siendo todo un misterio, al igual que las criaturas que habitan en ellas.
La prueba más reciente de ello sucedió el pasado 20 de junio de este año, cuando investigadores marinos de una misión en las profundidades del Golfo de México, específicamente frente a las costas de Nueva Orleans (Estados Unidos), lograron grabar a un calamar gigante de nada más y nada menos que 3.7 metros de largo, aproximadamente.
De acuerdo con Sonke Johnse, profesor de biología de la Universidad de Duke, y Edie Widder, director ejecutivo de la Asociación de Investigación y Conservación Oceánica, aquel día fue la quinta vez que habían avistado al enorme ejemplar, pero hasta ese momento pudieron capturarlo en video.
Los investigadores explican que para lograrlo, hicieron uso de “Menuda”, un vehículo sumergible equipado con cámaras que, generalmente, se utiliza para explorar las zonas más profundas de los océanos.
En un principio, el metraje capta algunos camarones y otros animales pequeños hasta que, de pronto, se observa un gran animal en la esquina de la pantalla. Segundos después, aparecen tentáculos y posteriormente, el calamar gigante hace su aparición, siendo atraído por las luces trampa del vehículo.
Johnse y Widder explican que el animal era tan grande que en su momento, no pudieron determinar de qué tamaño era, ya que la cámara no logró captar su cuerpo completo.
Ahora, a poco más de cinco meses del increíble hallazgo, los investigadores aún no determinan el tamaño del ejemplar; pero aseguran que éste mide, por lo menos, 3.7 metros de largo.
“Lo más importante es que no encontramos ningún monstruo. Este calamar gigante es grande y ciertamente inusual desde nuestra perspectiva humana. El video muestra algo del carácter del animal, muestra a un ejemplar sorprendido por su error, retrocediendo después de golpear algo que al principio debió parecerle atractivo, pero que después, obviamente, no lo era”, finaliza Edie Widder.